Este reloj jardineado se encuentra los pies del cerro Castillo, frente al balneario de Caleta Abarca. Su origen se remonta al año 1962, como parte del plan de embellecimiento de la ciudad con motivo del nombramiento de Viña del Mar como una de las sedes de la Copa Mundial de fútbol de ese año.

Su mecanismo, originalmente suizo, fue dañado en agosto de 2013 por vandalismo y para su reconstrucción, en septiembre del mismo año, se sustituyó por un mecanismo controlado por GPS, de construcción mexicana. Además se le añadió un sistema sonoro que incluye campanadas y melodías que cambian según las estaciones del año.